lunes, 21 de marzo de 2016

Candlebox: naturalidad y nostalgia




Remontémonos a inicios de los ’90…
Candlebox  fue uno de los últimos jinetes de la gran ola del grunge en Seattle de comienzos de la década. Consecuentemente, estuvieron ala vanguardia de la ola del post-grunge, donde esta nueva música catalogada como “alternativa” se fue convirtiendo en algo menos alternativo con el tiempo.
Su disco homónimo y primer trabajo salió a mediados de 1993, un par de años después que sus contemporáneos de Seattle irrumpieran en el panorama musical internacional con un sonido fresco y novedoso. Además, el éxito comercial tomó un tiempo para materializarse porque el disco en la lista de Billboard 200 estuvo hasta más de un año después de su lanzamiento, aunque permaneció en los charts durante dos años consecutivos.
Ahora, regresemos a 2016…
Se escucha música de Soundgarden mientras se espera que la banda salga a escena. Llega gente con poleras de Pantera, Stone Temple Pilots, Alice in Chains y otros artistas del género y época. Aún no aparece Candlebox, pero hay bastante gente en el ACER-WINDOWS 10 Stage, a pesar del sol que llega con fuerza y quema sin piedad. En unos minutos aparece en la pantalla gigante del escenario: CANDLEBOX y un clásico, “Arrow”, de su disco homónimo de 1993, dando inicio a una potente y eufórica presentación.
“Buenas tardes, venimos de Seattle, Washington. ¡Qué tengan un buen día!” dice el incombustible Kevin Martin.
En medio de “BestFriend”, que se desprende de Lucy del ’95 y de la hiperventilación de los fans, vino el esperado “oooolé, olé oléolé”, seguido de aplausos y ovación en general. Más adelante Martin presenta a Mike Leslie, guitarrista que acompaña a la agrupación desde el año pasado y el entusiasmo es constante.
“Muchas gracias amigos. Quieren oír algo de Duran Duran?” pregunta el incansable vocalista, antes de cantar “Hungry like a Wolf”, como lo hizo Eagles of Death Metal anteriormente con “Save a Prayer” en el VTR Stage.
Todo esto, mientras la comunicación entre el público y Kevin surge de forma muy natural, con el frontman constantemente preocupado por si el público estaba pasando un buen rato.
Durante “Change”, Kevin ayuda a la gente a capear un poco el calor y la sed tirando agua con una botella, para después tirar la botella, con los fans tratando de agarrarla como si fuera una baqueta o una uñeta. Es el momento cuando Kevin recoge también una bandera chilena, y grita nuevamente “ooolé, olé oléolé”.
Y con un desplante con una intensidad desbordante, el vocalista vuelve a preguntar: “Quieren volver a 1991?”. Luego de “Change” siguió el hit “Cover Me”, acompañado de un coro al unísono.
La audiencia le aceptaba todo; una nueva canción, una vieja canción, un cover, lo que ofreciera Kevin Martin y Cía. Y luego del famoso “You”, de tomar un poco de cerveza y presentar a la banda, Martin pregunta si gustaba Pearl Jam, para luego interpretar “Alive” en honor también a DaveKrusen, baterista de Candlebox y de Pearl Jam durante el álbum Ten, dejando un glorioso recuerdo para todos los seguidores del estilo que “la llevó” durante los 90’s..
“Los amamos, somos Candlebox y esto es FarBehind” fue cómo concluyó uno de los pocos shows rockeros del lineup del festival, que debió presentarse un poco más tarde de lo agendado y en otro escenario. Una situación peculiar considerando que no se trata de una banda que recién se está conociendo o no tenga mucha experiencia. Son un verdadero ícono del grunge y post-grunge.
Lo que más agrada de la nueva música en el último disco LoveStories&OtherMusings, y que se pudo escuchar un poco ésta vez, es que los oriundos de Seattle siguen avanzando, creando, evolucionando su sonido y produciendo buena música. Y solo después que dejaran al público enganchado con su nuevo álbum, retoman la actitud de, “ah, por cierto, aún podemos romperla con estos temas que grabamos hace unos años”. Y las razones sobran para creerles.

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