martes, 8 de octubre de 2013

The Devil Put Alice in Chains Here

 Dimos comienzo a una de las semanas más rockeras del año, y no cualquier banda empezó con la maratón, porque Jerry Cantrell, William DuVall, Mike Inez y Sean Kinney fueron los encargados de prepararnos para los formidables eventos que se realizarían dentro de la semana (Iron Maiden, Slayer, Ghost, Black Sabbath y Megadeth).

 En un Movistar Arena colmado con 15.000 fervientes seguidores del grupo oriundo de Seattle, donde se esperaba con mucho entusiasmo que apareciera la banda que debutó hace dos años en el Festival Maquinaria, en un poco más de las 21:30 se sintió el grito y las primeras notas de una de las canciones con la que recurrentemente dan inicio en los conciertos, “Them Bones”, siguiéndole “Dam that River” del clásico disco “Dirt”.

 Con eso fue suficiente para transportarnos a los años noventa y darnos cuenta de, más que reemplazar al talentoso Layne Staley, lo que hace DuVall es mantener el espíritu que se sentía en la época donde todavía se tenia la compañía del integrante de Mad Season, demostrándolo con el vigor de su voz y el desplante en el escenario, además de la comunicación que tuvo con el público del Movistar, como al dirigirse a la gente en español, dando a conocer su felicidad al estar de vuelta en nuestro país, y al interpretar de tal forma temas, desde el “Black Gives Way To Blue” en adelante, que te hacen sentir que estas escuchando a Alice in Chains, con su sonido propio, pero de manera más fresca y renovada. Es decir, si los ánimos no hubiesen estado para buscar un nuevo vocalista, luego de la trágica muerte de Layne, para seguir con el proyecto que ya habían formado, no existiría actualmente Alice in Chains, por lo que tampoco habría manera de disfrutar nuevos álbumes o recitales como ese memorable 30 de septiembre.

 Como este evento era parte del tour para promocionar el “The Devil Put Dinosaurs Here”, su quinto álbum de estudio lanzado este año, también se hizo presente “Hollow”, su primer single, y “Stone”, las que fueron coreadas por el público, complacido por semejante espectáculo tan esperado.

 “Check My Brain”, del “Black Gives Way To Blue”, disco que marcó el retorno del carismático grupo, con William DuVall en la voz, fue la que continuó con el precalentamiento del show, junto a la potente “Man In The Box”, hiperventilando a todo el Movistar, quienes saltaban y coreaban este éxito del “Facelift”.

 El ambiente de nostalgia fue mantenido con “No Excuses”, “Nutshell”, “Junkhead”, y el inesperado “Love Hate Love”, que realmente nos sorprendió, y a más de alguno emocionó.

 Es así como se reanuda, con el encore compuesto por la emotiva “Down in a Hole”,  y otros clásicos como “Would” y “Rooster” , dejando a los presentes sumergidos en un repertorio impecable, lleno de sentimientos causados por la música que ha formado parte del playlist de nuestra vida.

 Es curioso también, el hecho de no haber escogido más canciones de la placa que venían a promocionar, el “The Devil Put Dinosaurs Here”, porque solo dos temas de dicho álbum estuvieron en el setlist de aquella noche, dando más cabida a canciones con las que podían desarrollar una performance con mayor seguridad en la recepción del público, apelando más al recuerdo y añoranza que a una respuesta nueva, sobre un track que aún estamos conociendo.

 Fueron 18 canciones con las cuales pudimos disfrutar un show más intimo que el presenciado en el Festival Maquinaria, con un sonido muy intenso y una sincronización y carisma enorme. Hubo la misma cantidad de temas que en el primer show que dieron en el país, pero con la diferencia que aquí se encontraban con su fanaticada más seleccionada por esperarlos a ellos solamente, porque tampoco hubo teloneros para abrir el show.

 Así que una vez más, la banda encabezada por la mente brillante de Jerry Cantrell, dejó en claro la energía que aún tienen disponible para seguir componiendo, lanzar nuevos álbumes y seguir realizando giras con la misma potencia y viveza que cuando iniciaron la agrupación hace unos 26 años.

 Setlist:

  1-Them Bones.
 2- Dam That River.
 3-Hollow.
 4-Check My Brain.
 5-Again.
 6-Man in the Box.
 7-Got Me Wrong.
 8-Last of My Kind.
 9-We Die Young.
10-Stone.
      11-No Excuses.
      12-It Ain’t Like That.
      13-Nutshell.
      14-Junkhead.
      15-Love, Hate, Love.
      Encore:
      16-Down in a Hole.
      17-Would?
18-Rooster.

miércoles, 28 de agosto de 2013

Réquiem por un sueño inmerso en el submundo de las drogas


 Verano, otoño e invierno. Estaciones del año donde transcurre la dramática y miserable historia que cuenta la película. Una obra que atrae desde el comienzo hasta el final, y que deja una enseñanza, a través de impactantes y explícitas escenas, sobre las consecuencias que tiene el consumo de drogas.
 Harry Goldfarb, interpretado por Jared Leto, es un joven adicto a la heroína, que sólo visita el departamento que tiene su madre (Ellen Burstyn) para arrebatarle su televisor y empeñarlo a cambio de dinero para seguir comprando drogas y así poder continuar con su rutina de yonki sin remedio. Sara, la madre de Harry, es una persona fanática de la televisión, y por esa razón, uno de sus mayores anhelos es aparecer en ella. De pronto, Sara recibe una llamada telefónica de un programa de la tv, Malin & Block, para salir en televisión, algo que a ella le cuesta creer, y acepta con mucha felicidad y entusiasmo porque al fin saldrá en el medio que tanto deseaba.

 Marion Silver, novia de Harry, diseña ropa y, junto con él planean abrir una tienda para ofrecer sus diseños. El dinero que utilizarán para tal propósito es a través del narcotráfico, negocio que hace Goldfarb con su amigo Tyrone C. Love, quien cree que por dedicarse a la venta de drogas su futuro cambiará para mejor, y dejará su sacrificada vida callejera.
 Pero no sólo existe la heroína para enviciarse con un alucinógeno, ya que Sara, sin darse cuenta, a comienzos de otoño, también se inicia en el consumo de estupefacientes, en este caso anfetaminas contenidas en unas pastillas que le receta un doctor para poder bajar de peso, porque, obvio, no podía lucir así de gorda en el programa de televisión donde había sido invitada, es decir, tenía que, por lo menos, caberle el vestido rojo del que tanto hablaba que usó para la graduación de su hijo, y para eso no era suficiente una dieta.

 Mientras Sara se habitúa a sus píldoras, Harry y Tyrone hacen negocios con Brody, quien le suministra la droga que revenden. Al principio parecía que todo marchaba bien, pero poco a poco las cosas empezaban a distorsionarse. Sara ya no tomaba la cantidad que correspondía de pastillas, sino que cada vez aumentaba más y más la dosis, lo que le provocaba problemas como el bruxismo y euforia descontrolada, como también alucinaciones, al ver que las personas que aparecían en la tv salían de su pantalla y comenzaban a mofarse de ella, diciéndole que coma. Y no sólo ellos hacían burla de su desgracia, porque también su refrigerador, convertido en un monstruo, intenta aterradoramente convencerla de volver a su actividad favorita después de ver televisión, comer.

 Todos tienen un sueño, pero la manera de llegar a ese sueño, o mejor dicho, lo que utilizan para alcanzarlo, es lo que termina condenando a estos adictos. Ya era invierno. Sara, delirando, escapa de su casa, dirigiéndose al programa de tv para preguntar por qué no la llamaban aún para salir al aire. Sin recibir respuesta, la llevan a un hospital psiquiátrico, para aplicarle electroshock, inhibiéndola de su entorno. Harry y Tyrone se ven forzados a viajar a Florida, en busca de más droga, debido al asesinato de Brody , quien les proporcionaba su estupefaciente. Goldfarb, al inyectarse repetidas veces heroína en el brazo, se le comienza a infectar hasta formarse una gangrena, por lo que deben pasar primero a un hospital, donde finalmente terminan amputándole el brazo. Y como en el hospital se habían dado cuenta de la situación de ambos, llevan a Tyrone a la cárcel, donde debe trabajar de forma muy denigrante. Y Marion, por su parte, con la desesperación de no poder drogarse, acude a la prostitución para salir de su síndrome de abstinencia.

 Finalmente, Sara, Harry, Marion y Tyrone, sumergidos en la adversidad más profunda, se ponen en posición fetal, como una forma de demostrar el sufrimiento y desamparo por el que pasan. Pero no termina así, técnicamente, el filme, porque al fin Sara logra llegar a la televisión, y también su hijo, un exitoso hombre de negocios, quien la abraza durante el show. Si tan sólo fuese real eso.

Braindead: Un baño de sangre bien administrado


 Una de las películas más sangrientas y de bajo perfil que ha habido en el mundo del cine es, sin duda, Braindead o Dead Alive. Qué manera de exponer una historia con tanto humor negro, al presentar una trama, que en vez de asustar, nos da risa. Lo digo porque, nos muestran una situación tan dramática, como la de un hombre que vive con su madre, la cual, tras una mordida de un “mono rata” en un zoológico, se convierte en zombie. Este espécimen, como cuenta la película, es traído de Sumatra, y su origen, esta en la retorcida historia de la supuesta relación que hubo alguna vez entre un ratón y un mono.

 Lionel (Timothy Balme), el hijo de la pobre señora que se enferma y se va convirtiendo paulatinamente en una muerta viviente, no haya una mejor manera de llevar el problema que ocultando a su madre, y a quienes ha contagiado, en el sótano de su casa. Porque no solo se vio afectada la madre del protagonista, sino que también una enfermera que la fue a atender a la casa, un sacerdote y unos muchachos que se enfrentaron a Lionel, mientras éste trataba de sacar a su madre del cementerio.

 Pero el filme no se centra solo en la preocupación de Lionel por su madre enferma y el resto de zombies que ha escondido en el sótano, porque también surge otro interés en él, Paquita (Diana Peñalver), vendedora de una tienda, de la cual se enamora e invita a ir al zoológico de la ciudad, donde la madre de Lionel es mordida por el “mono rata”, mientras observaba a la pareja, ya que cuidaba de sobremanera a su hijo.

 Uno podría pensar que Peter Jackson exageró al hacer esta película, por lo brutalmente explícita y grosera que puede parecer al espectador, donde las vísceras tienen vida propia, en la cual se ve a una persona fragmentándose y comiéndose a si misma, al ingerir estas partes, y otros sucesos típicos del género gore. Pero, finalmente, uno termina, de alguna forma, agradeciéndole a Jackson por cambiar nuestra perspectiva de lo que es comedia, al hacernos disfrutar de un filme grotesco y divertido a la vez. Acaso no nos entretiene ver a un hombre sacar a pasear a un “bebé” al parque, como si fuese cualquier otro niño (siendo este pequeño hijo de 2 zombies), y luchando contra él, delante de toda la gente que estaba presente en el parque, en familia, porque en cualquier momento podía morder o comerse a Lionel. Estamos hablando de un bebé, pero no un simple querubín, sino que de un monstruo, víctima de la pandemia provocada por el mencionado mono rata.

 Y como la suerte no acompañaba a Lionel, Less, un tío del desdichado muchacho, decidió hacer una fiesta en la casa de la madre de Lionel, quien, tras enterarse de lo que estaba pasando con los muertos vivientes, amenaza de revelar lo que sucedía en el sótano con los zombies, a cambio de recibir el testamento de la mamá.

 Lo catastrófico de esto sería el aumento de personas contagiadas con el virus, ya que, los tranquilizantes que le administraba Lionel a sus huéspedes, en vez de tranquilizarlos, los ponía más hiperactivos y poderosos. Fue tan así, que lograron escapar del sótano y contagiar a los invitados de la fiesta. Y de esta manera fue como se propagaron los zombies por toda la casa.

 Es aquí donde la película nos empapa de sangre y segmentos de cuerpo humano, porque la única solución para combatir esa cantidad de zombies, era tomando una cortadora de pasto y podar a quien se acercara.

 Ojalá esa hubiese sido la solución al espantoso acontecimiento, porque aún quedaba la mamá de Lionel, quien se había convertido en un gigantesco esperpento, la que más tarde engulle a su hijo, para terminar saliendo desde el vientre de ésta como un segundo nacimiento.

 Quien se iba a imaginar que una especie tan particular, como el mono rata, iba a causar semejante caos? Al menos nos queda claro que esconder zombies en el subterráneo y darles tranquilizantes para mascotas no es de mucha ayuda.

martes, 15 de enero de 2013

Django Unchained, gracias por alegrarme la tarde

Tarantino, nuevamente te las mandaste con este filme. Realmente increíble. Un western poco común. Me encanta tu humor negro, tus guiones que hacen que algo absurdo suene de culto, tu música, otro elemento que atrae de tus películas, porque el soundtrack es lo que termina de retocar y darle el ambiente que requiere cada escena y todo lo que caracteriza a tus trabajos, esa floreciente creatividad sin límites.

 Los actores se eligieron bien. Que bueno que Christoph Waltz haya actuado en otra de tus películas, es un crack ese actor, no? Y qué me dices de Jamie Foxx? Otro ganador del Óscar y connotado actor. Le venía también el papel a DiCaprio, de sureño ignorante y engreído.

 Y qué más puedo decir, si fui invitada por la Radio Sonar FM a la Avant Premiere, y compartí la sala con uno de los actores de Bastardos sin Gloria, Eli Roth.

 Así da gusto ir al cine, cómo no.