viernes, 6 de octubre de 2017

Nirvana y los VMA’s del 92’



El 9 de septiembre de 1992 se emitió una nueva entrega de los Video Music Awards de la cadena de televisión MTV. Una ceremonia que ya lleva 33 años otorgando la estatuilla con forma de astronauta que carga el logo del canal, más conocido como “moonman”. Originalmente concebido como una alternativa a los Grammy (en la categoría de “video”), la mayoría de las veces se ha llevado a cabo en la ciudad de Nueva York o Los Angeles, como también ocasionalmente en Miami y Las Vegas. Y en estos 33 años que lleva activo, los artistas que han pasado por el escenario han sido de muy ecléctica índole. Al principio, en los 80’s se podía ver tocar a David Bowie, Run-D.M.C y Depeche Mode por ejemplo, y ahora es común ver a Demi Lovato, Miley Cyrus o Ed Sheeran. De todas formas, desde el 2006 ha sido más democrático todo, ya que los espectadores pueden votar por sus videos favoritos desde la página de MTV.
Pero no todo es cordialidad y benevolencia aquí. También han habido casos donde los malos entendidos, las groserías y el descalabro se han hecho presentes y quedan guardados en el anecdotario del VMA, como momentos más bien jocosos o absurdos. Pasó en el 2000, cuando Limp Bizkit ganó el premio a Mejor Video de Rock. Cuando el vocalista del grupo, Fred Durst, fue a dar su discurso de agradecimiento, el bajista de RATM, Tim Commerford escaló sobre una de las instalaciones del escenario en señal de protesta (su video “Sleep Now in the Fire” también estaba nominado). Fred Durst lo incitaba a lanzarse y de hecho lo trató hasta de pussy por no atreverse a hacerlo. Fue tanta la incomodidad que Zack abandonó la ceremonia y Tom Morello recalcó que ambos (de La Rocha y él) le aconsejaron no hacerlo, pero la rebeldía y la actitud de mal perdedor fueron más fuertes. Algo que le valió tanto al guardia del músico como a Timmy C una noche en prisión. Otro momento extraño en unos VMA’s fue el 2009, cuando Taylor Swift ganó por Mejor Video Femenino. Y mientras estaba dando su discurso fue interrumpida por Kanye West, quien comenzó a elogiar el trabajo de Beyoncé y a decir que en verdad su video era el mejor. Suceso que llegó incluso a molestar en la Casa Blanca, porque hasta el presidente, en ese momento, Barack Obama, trató de idiota a West.
Nirvana, uno de los artistas que se presentó en la edición de 1992, entre otros como Pearl Jam, Red Hot Chili Peppers y Michael Jackson, con su segundo disco de estudio, el Nevermind, desataron un éxito tal que destronaron al rey del pop con su disco Dangerous en la lista Billboard 200, vendiendo más de 30 millones de copias en el mundo, lo que significó una verdadera revolución en la música que popularizó lo alternativo y el movimiento grunge de Seattle. Antes de que se lanzara no se tenían muchas expectativas, así que generó un tremendo impacto, siendo catalogado como uno de los mejores discos de la historia en los primeros lugares de rankings.
Y para los VMA’s, llevada a cabo en la Universidad de California de Los Angeles, hace 25 años exactamente, el grupo categorizado por los medios como grunge, tenía 4 nominaciones; a Video del Año, Mejor Nuevo Artista en un Video, el cual ganaron, junto con Mejor Video Alternativo. Tenía que tocar “Smells Like Teen Spirit”, por petición de MTV, mientras la banda había indicado que prefería presentar nuevas canciones como “Rape Me” y “Tourette’s”. Los ejecutivos insistieron con que se debía tocar su canción más mainstream, “Teen Spirit”, pero finalmente ofrecieron al grupo la opción de elegir entre “Teen Spirit” y “Lithium”, lo cual el trío aceptó. En la presentación Nirvana empezó a tocar los primeros acordes de “Rape Me”, para el horror de los ejecutivos, pero después continuaron con la performance regular de “Lithium”. Cerca del final de la canción, frustrado porque el amplificador no sonaba bien y dejó de funcionar, el bajista Krist Novoselic decidió lanzar su bajo al aire. Eventualmente el bajo tenía que descender, y cuando cayó rebotó en la frente de Novoselic, lo que lo hizo tropezar fuera del escenario, aturdido.
Cuando era el momento de recibir premios, Nirvana siempre demostró irreverencia y sarcasmo. Pero esta vez Kurt, con su icónica polera de Daniel Johnston de su disco Hi, How are You, aparte de agradecer a su familia, el sello y a los verdaderos fans, comenta que es muy difícil creer todo lo que se lee, a lo que Krist acota con un cómico “Remember Joseph Goebbels”. Lo más probable es que Cobain se haya referido a un artículo que escribió la revista Vanity Fair donde hablaron pestes sobre él y Courtney Love, donde decían que su hija Frances Bean Cobain iba a nacer adicta a la heroína también. Cabe recordar que por ese motivo ambos perdieron la custodia de su hija, y pasó al cuidado de una hermana de Kurt.
Y continuando con los momentos excéntricos, en el backstage, antes del show, el vocalista de Guns N’ Roses, Axl Rosedesafió a Cobain a pelear, después de que él, su esposa y frontwoman de Hole, Courtney Love, y compañeros de banda, Krist Novoselic y Dave Grohl, lo incitaran. Al final del show de Nirvana, mientras Cobain estaba destrozando los instrumentos , Dave Grohl corrió hacia el micrófono y espetó: “Hola Axl! Dónde está Axl? Repetidas veces. En palabras de Grohl, el comienzo de esta disputa ocurrió así: “recuerdo cuando Nevermind se lanzó, Axl Rose era un gran fan de nosotros. Y Guns N’ Roses iba a hacer un tour enorme con Metallica, y ellos querían que fuéramos teloneros, entonces Axl estuvo llamando sin parar a Kurt. Y un día íbamos caminando por un aeropuerto y Kurt dijo “Mierda, Axl Rose no deja de llamarme”. Creo que representó algo más grande. Nirvana no quería convertirse en Guns N’ Roses. Entonces Kurt empezó a hablar mierda sobre él en entrevistas y luego Axl empezó ha hablar mierda de vuelta. Iba de ida y vuelta el perjuicio como si se tratara de adolescentes. Luego llegamos a los premios y nuestros trailers estaban todos en las mismas cien yardas. Y Courtney estaba ahí, lo cual no hacía las cosas más fáciles. Así que no tomó mucho tiempo para que se completara el enfrentamiento. Kurt y Courtney le gritaban cosas a Axl y éste les gritaba de vuelta. Parecía una puta telenovela. Krist, de hecho, casi se involucra en una pelea. Yo solo era el baterista, así que espeté algo fuerte y divertido”.
El videoclip de “November Rain” ganó la estatuilla por Mejor Cinematografía esa vez. Durante el show, la banda tocó mencionado tema con Elton John. Y por la disputa que Rose tuvo con Cobain, momentos antes de la performance de esa canción, el creador de “About a Girl” escupió en el teclado que se suponía que iba a tocar Axl. Eran dos pianos montados en un elevador hidráulico a la espera del dúo. Cobain después reveló que estuvo en shock al ver a Sir Elton John tocando el piano que había escupido. Qué culpa tenía el inglés con la pelea entre estos dos?
Kurt después de la premiación de MTV, comentó que, en un momento Axl se les acercó (a Cobain y Love), mientras tenían en brazo a Frances, y le preguntó a Axl si le gustaría ser el padrino de la bebé, y Axl responde agresivamente, con varios guardias acompañándolo, diciendo que hiciera callar a esa puta (refiriéndose a Love), y que no le arruinara la noche, porque obviamente esa noche sería el highlight de su carrera, según Kurt. Y Kurt obediente, y enardeciendo más a Axl, le dijo a su esposa que se callara, siguiendo el mismo estilo; “bitch, shut up”. Y el líder de Nirvana, manifestando su lado feminista, se refirió también a la actitud misógina de Axl al querer mandar a las mujeres y hacerlas callar o golpearlas. Eso era lo que decía Kurt, contra las otras acusaciones que mencionaba Axl sobre las adicciones de Cobain y Love, y la relación con su hija.
Fue una noche donde ocurrieron muchas cosas extrañas, como el accidente con el bajo que tuvo Novoselic, quien mientras esperaba a los paramédicos vio aparecer sorpresivamente a Brian May de Queen con una copa de champagne para pasar el mal rato, o el jocoso momento cuando Elton John toca un piano con el teclado con saliva de Kurt Cobain (un mero daño colateral). La verdad es que siempre se agradecen acontecimientos de ese estilo en los VMA’s.

Trent Reznor y su glorioso paso por el cine



La banda sonora de una película es parte fundamental de una obra cinematográfica. Aporta emoción, matices en el desarrollo del argumento, apoya con las distintas sensaciones que pueden sentirse en alguna escena; alegría, tristeza, suspenso. Y no es necesario construir una pieza que excelsa técnica para lograr eso, porque es cosa de observar cómo genera tensión a Halloween la música compuesta por John Carpenter por ejemplo. Y en relación al método, también es frecuente el uso del efecto “tono de Sheppard”, donde se utilizan varios tonos separados por una octava, siendo el primero el que va desapareciendo, mientras que el segundo se va incrementando, con un último haciéndose audible casi al final, donde la idea es crear un loop infinito. De esta forma se genera un tremendo ambiente de tensión, algo usado por el compositor fetiche de Christopher Nolan, Hans Zimmer. Otro de los músicos históricamente destacados en esta área ha sido el genio John Williams, capaz de crear piezas que son imposibles de olvidar, quedando en el inconsciente colectivo para siempre, como lo son los temas de Star Wars o Superman.
Un gigante de la música, creador de la banda de rock industrial, Nine Inch NailsTrent Reznor, también ha tenido un vínculo con el mundo cinematográfico. Y su acercamiento con el cine sería a través del director David Lynch. En realidad, por años Reznor trató de comunicarse con el cineasta para ver si podía dirigir alguno de sus videoclips, pero nunca se concretó algo. No obstante, el video de “Came Back Haunted”, sencillo del disco Hesitation Marks del 2013 fue dirigido por Lynch. De todas formas, en los 90’s el multi instrumentalista intentó comunicarse muchas veces, pero después de su trabajo en la película “Natural Born Killers” (1994) de Oliver Stone, fue el mismo Lynch el interesado en trabajar con Reznor para que hiciera lo mismo que en el filme de Stone en Lost Highway (1997), como también componer música original para su película. La genialidad de ambos se unió y salieron los temas “The Perfect Drug” y “Driver Down”. Al final Trent produjo y montó el álbum del OST.
Cuando Reznor aún no se introducía de lleno a la composición de un OST, innovó en éste ámbito, sugiriendo ideas como querer convertir la banda sonora en un collage de sonidos, hacer ediciones, agregar diálogos y hacer algo distinto en vez de llegar y poner música que ya existía. En este tiempo, Reznor colaboró con algunos temas, como lo hizo en Lost Highway, en Natural Born Killers con “Burn”, y otros tracks que aparecen en otros trabajos cinematográficos como el remix de Closer en Se7en (1995) de David Fincher o el cover de Joy Division, Dead Souls en The Crow (1994). El 2001 igual, Reznor fue consultado por el director del videoclip de “The Perfect Drug” y “Closer”, Mark Romanek, para proveer el OST a la película One Hour Photo, pero la música no se ajustaba al filme en realidad y no fue usada. Y todas esas composiciones fueron parte después del disco Still, donde se incluye la depresiva “Something I Can Never Have”, usada en Natural Born Killers, la que calza perfecto con el argumento.
The Social Network
Y el camino al éxito en la composición de música original para una película comenzó cuando colaboró, junto a su compañero de How to Destroy Engels, Atticus Ross, con David Fincher. Se trataba de la película The Social Network, sobre la fundación de la red social Facebook y cómo Mark Zuckerberg se transformó en un billonario accidentalmente. Reznor en su momento comentó: “cuando leí el guión y me di cuenta para donde iba le dije adiós a mi tiempo libre que tenía planeado”. El OST debía servir para retratar a este joven genio de las ciencias de la computación, que fue capaz de conectar a millones de personas, y hacer algunos enemigos en el camino. Una historia realmente fascinante y compatible con la estética del material de Trent Reznor.
Teniendo en cuenta la complejidad del protagonista del filme, para este trabajo, Reznor quiso explorar con otros sonidos. Algo más electrónico, con un sonido “imperfecto”, no tan limpio y digital, así que se ocupó un instrumento algo peculiar para este caso, el swarmatron, donde no es fácil armar una melodía. Se necesitaba ese elemento análogo para crear el ambiente necesario. Y así se puede ver en los 19 tracks que componen el OST de la película, pero además de este trabajo original creado por el dúo Reznor-Ross, hay algunas canciones que aparecen como “Ball and Biscuits” de The White Stripes, al inicio, como también “Baby, You’re a Rich Man” de The Beatles, al terminar el filme. Es música incidental oscura, que recuerda mucho al disco Ghost I-IV, donde también participó Atticus. De hecho, uno de los tracks de éste último (14 Ghost II) está reelaborado en esta banda sonora (“A Familiar Taste”). Uno de los temas también, el célebre “In the Hall of the Mountain King” de Edvard Grieg, se les ocurrió incorporarla por el evento de remo Henley Royal Regatta, y era una canción que combinaba con el estilo de era Edwardiana. Fincher sugirió usar una versión del renombrado músico Wendy Carlos del tema, lo cual, curiosamente, lo hizo trabajar como cuatro semanas en la versión a Trent.
“Hand Cover Bruise” comprende una genialidad absoluta. Los violines espasmódicos y distorsionados que componen el centro de la pista representan las emociones ambivalentes de la mente cuando se da cuenta de que algo enorme está por surgir, como la idea de una red social perfecta que tiene un potencial indescriptible. Esto por la alegría de tener una idea que involucra un conflicto con la ansiedad de llegar a el sin encontrar problemas en el camino. Casi todo el álbum suena de la misma manera. Es hipnotizante. En algunos momentos se siente todo muy introspectivo. Aquí no hay voces, es solo música ambiental, como la que ha hecho para The Girl with the Dragon Tattoo o Gone Girl más adelante, pero lo que provoca Reznor es impresionante. Se siente entre nostálgico y esperanzador. En la escena donde aparece este track, Mark va caminando desde el pub hasta su dormitorio en un frío y nublado campus en Harvard. Y no se imagina lo que le depara, lo que está a punto de crear, y que está a un paso de dar vida a una obra maestra.
Otro tema, muy pegajoso y que pareciera sacado de algún videojuego es “In Motion”. Es inspirador. Es como si te incitara a crear una página e innovar en las nuevas tecnologías. Mark está ad portas de desarrollar la red social más usada del mundo actualmente. En realidad en esta escena está creando Facemash, una plataforma donde, luego de hackear la base de datos de sus compañeras para robarle sus fotos, compara y califica su atractivo. De todas formas suena muy inspirador y motiva a cualquiera a querer programar.
¿Y por qué este OST ganó una estatuilla de la Academia? Es evidente que suena distinto a lo que estamos acostumbrados a oír en una película. No podía ajustarse mejor a este trabajo de David Fincher. Representa perfectamente lo que se muestra en cada escena. Podía verse difícil escoger entre la banda sonora de Inception, con Hans Zimmer y ésta, pero el debut propiamente tal para Trent y Atticus era merecedor del Oscar.
Before the Flood
El año pasado National Geographic presentó un documental sobre el cambio climático, producido por Leonardo DiCaprio y Martin Scorsese. Es un tema que no puede estar más en boga, por todo lo ocurrido con la salida del “Paris Agreement” de Estados Unidos gracias a Donald Trump. Los deshielos son cada vez más significativos, existe escases de comida en países pobres y la polución parece no tener límite. Este es el escenario donde artistas como Mogwai, el otro ganador del Oscar por Brokeback Mountain y Babel, Gustavo Santaolalla y Atticus Ross con Trent Reznor prepararon la música para este proyecto. Llega a ser tan profundo todo, que tracks como “A Minute to Breath” nos hace cuestionarnos nuestra existencia, que pidamos perdón a la tierra por todo el daño que hemos causado y la dejemos respirar. Inquietantemente bello.
Y sobre el futuro de Reznor en el cine, además de sus participaciones en series como Twin Peaks, según lo que ha comentado, está abierto a trabajar con otros cineastas además de David Fincher, el único director con el que ha colaborado como compositor, (sin contar el mencionado documental). “Estoy abierto a cualquier posibilidad… crear OST surgió de manera inesperada. Siempre fue algo en lo que estuve interesado y fue realmente una buena experiencia y he aprendido mucho” explica Trent. Ha sido una búsqueda y dedicación a la excelencia sin concesiones.

Dead Cross – Dead Cross (2017)


A veces las partes que integran un grupo no se toleran todo el tiempo, o surgen ciertas diferencias ideológicas o intereses que pueden no compatibilizar y se separan. Algunos músicos siguen carreras solistas, o a veces se junta toda la parte rítmica y forman una nueva banda o supergrupo que tiene un éxito realmente notable, como lo fue Audioslave. Algo parecido sucede con la superbanda que nos visitó en mayo, Prophets of Rage, quienes traen nuevo material este año. Tampoco es necesario que suceda esto exactamente para que surja un supergrupo. Hay artistas tan hiperquinéticos que necesitan transitar de un proyecto a otro, casi de forma simultánea. El baterista histórico de Slayer y ahora de Suicidal Tendencies, Dave Lombardo, junto al legendario Mike Patton unieron fuerzas y formaron esta colectividad majestuosa que mezcla hardcore punk y trash metal.
Este potente hardrock punk cáustico lo conforma el guitarrista Michael Crain, miembro de la banda Retox, una de las agrupaciones que ha firmado en el sello de Patton, Ipecac, Justin Pearson, proveniente del mismo grupo y de The Locust, el ya mencionado Dave Lombardo y el querido de la casa, Mike Patton, aunque no siempre fue este el vocalista del grupo. Así como sucedió en Fantômas, donde fue Patton quien envió un demo a sus compañeros, Buzz, Trevor y Dave para que conocieran su proyecto y entiendan su punto, aquí en Dead Cross, cuando Gabe Serbian, anterior vocalista de la banda, dejó el grupo fue Dave quien le envió los tracks instrumentales a Patton, quien agregó sus voces en el sótano estudio que tiene en su casa en San Francisco. Y el resultado fue un tanto clásico, crossover de hardcore punk y trash desbordante.
“Seizure and Desist” es la canción que abre el disco. Se siente la locura desde el comienzo. La forma de interpretación está fuera de control, lleno de angustia y fuerza. Patton es un desquiciado en las voces. Se pone estrambótico cada vez que se lamenta en el micrófono. Lombardo es una bestia en la batería, golpeando fuerte en cada platillo, tambor y doble pedal. Realiza ritmos muy complejos y originales que rivalizarían a Danny Carey o Mike Portnoy. Sonidos persistentes que provocan escalofríos. Pearson toca el bajo veloz y con determinación. Simple, pero suficiente para darle cierta unidad a las canciones.
Con “Idiopathic” todo avanza con mucha adrenalina. El beat de la batería mantiene el ritmo, la guitarra dispara en diferentes direcciones y la voz estalla junto con la fuerza del bajo que entra. La canción ralentizará las cosas, manteniendo un nivel de ferocidad ideal para el moshpit en un concierto. En la primera mitad del disco la música suena en un tono consistente de rabia y un tempo más bien alto. En realidad, es en la estructura de cada canción donde la banda mantiene el trabajo fresco. A veces, se siente que el material cambiará a direcciones que uno simplemente no esperaría.
Es la segunda mitad del disco que en verdad se inclina hacia nuevos sonidos. Por ejemplo, en “Obedience School”, el track empieza de manera bastante genérica con su rápido trabajo de guitarra y beat de batería consistente, convirtiéndose al final en un arrastre lento que proporciona este aura siniestra. Con “Shillelagh” el head banging viene de forma natural y genuina. Y mientras va avanzando el disco, en su conjunto, uno ve que no cae en parodias; mantiene las estructuras y los patrones de riff lo suficientemente naturales como para no sonar forzados o desalmados.
“Bela Lugosi’s Dead”, el cover de la banda gótica Bauhaus, cambia el estilo que se venia siguiendo en el homómino. Canalizando las energías góticas, la baja distorsión de la guitarra se cierne como una niebla, el ritmo de la batería baja el tempo, así como Patton exhibe una bravata con una estética macabra. El ritmo continua de esta manera, hasta que de la nada, este increíble solo eléctrico aparece. Se desliza hacia la perfección, nunca saliendo de lo discordante.
“Church of the Motherfuckers” tiene algunas vibras góticas similares, con una pieza eléctrica con la guitarra al comienzo. Aunque la alta energía aún está presente, este es uno de los temas más lentos de Dead Cross. La batería mantiene la misma cadencia, la guitarra pasa de bits vibrantes a tener tonos más groovy. Es la voz de Patton la que tiene protagonismo aquí, con gritos sacados de algún tema de Fantômas.
De todas maneras, este debut se siente como un sólido racconto, con formidable música hardcore y trash. El inicio realmente hace honor a ese sonido, viniendo con un constante beat bajo y ritmo histérico que envuelve brutalidad. La segunda mitad del disco es una entrega salvaje que mantiene algo del sonido anterior, pero que diverge en otras apreciables direcciones. Extraños tonos siniestros, imponente sonido de guitarra y una vocalización agreste mantienen el álbum con una energía prominente. Lo que marca un comienzo impecable para la banda, y un signo prometedor de cómo pueden seguir creciendo.
Mientras la banda se considera a sí misma como hardcore punk, se podría decir que su estilo va ligado también al heavy metal y trash metal. Para Patton “es un disco tradicional de hardcore. Es muy puntiagudo, directo y visceral. No iba a estar tocando teclados, agregando samples o cualquier tipo de orquestación. Fue como, ve por ello. De alguna forma me recuerda a aquello que tuvimos colectivamente cuando crecimos y amamos cuando éramos adolescentes, bandas como Accüsed, Deep Wound o Siege, cosas que eran brutales, intransigentes y directas”.

Músicos investidos con el título de Sir



Son muchos los miembros de la Orden del Imperio Británico, ya sea en el área militar, deportista, científico o artístico. Desde 1917 con el Rey Jorge V la orden de caballería ha reconocido a ingleses o a cualquiera que haya hecho un aporte notable para el Reino Unido. Varios artistas se han mostrado realmente honrados por recibir un galardón como ese, han estado ansiosos por conocer a la Reina de Inglaterra, pero también ha habido casos donde se han devuelto las medallas o no han querido recibirlo por algún motivo político o porque realmente no les interesaba y se podían dar el gusto de decir algo así, como lo hizo David Bowie.
Estos son algunos de los músicos que han sido nombrados Sir o Dame:
Paul McCartney
En 1964, en el Palacio de Buckingham Los Beatles recibieron la condecoración como Miembros de la Orden del Imperio Británico (MBE) por la Reina Isabel II. Después de 30 años, McCartney fue nombrado Caballero, claramente por sus “servicios para la música”.
Los Beatles fueron notificados en junio de ese año, cuando sus nombres estaban presentes en la lista de invitados del cumpleaños de la Reina. Un tiempo cuando el Rock & Roll todavía tenía una connotación negativa en la mayoría, la reacción de varios homenajeados fue predecible: muchos devolvieron sus condecoraciones, disgustados. Hasta un coronel devolvió varias medallas.
Hubo polémica. Para algunos, significaba una burla para todo lo que el Reino Unido representaba. A varios no les gustaba su música y los encontraban terribles. A pesar de todas las actitudes en contra de la condecoración de Los Beatles, la ceremonia se realizó igual.
Cuatro años después, John Lennon devolvió su MBE. “Su Majestad” escribió, ‘estoy devolviendo mi MBE como una protesta contra la intervención británica en el asunto de Nigeria-Biafra, en contra del apoyo del Reino Unido a EEUU en Vietnam. Con amor, John Lennon”. La medalla fue descubierta en una bóveda en el Palacio de St. James en 2009.
Y este año, Macca recibió otro premio “Companion of Honour”, similar a la Orden del Imperio Británico. Un galardón que ya lleva más de 100 años, siendo McCartney el primer músico en recibirlo, teniendo miembros bien eclécticos entre si, como la escritora de Harry Potter J.K. Rowling o Stephen Hawking.
Elton John
Uno de los cantantes más exitosos de todos los tiempos. Más de 300 millones de discos vendidos en el mundo, 6 premios Grammy y 5 Brit Awards. Su relación con la realeza había sido cercana, con varias performances de este tipo, como el “Queen’s Diamond Jubilee. Ahora podría sonar extraño no referirse a este gigante de la música con el título de Sir. En 1998, quien recibiera una estatuilla del Oscar por su contribución en El Rey León cuatro años antes, tuvo este tratamiento honorífico por actos filántropos y servicio a la música. En su ceremonia dijo: “He tenido una carrera larga y he trabajado duro, pero creo que el punto de inflexión vino en 1990 cuando estuve sobrio y empecé a hacer algo de trabajo caritativo, en especial con el tema del SIDA. Una condecoración como esta es la guinda del pastel”.
Mick Jagger
Fue nombrado caballero el 2002, pero al igual que el de Los Beatles, no estuvo libre de controversias. Algunos estaban en desacuerdo de que el frontman de Los Rolling Stones recibiera algo que contradecía su mentalidad anti sistémica, mientras otros creían que no había contribuido lo suficiente a la caridad para ser merecedor de un honor como ese. La Reina no quiso de ninguna manera entregarle el título de caballero y hasta se dice que buscó cualquier pretexto, como agendar una operación por esos días para así evitar el evento. También Jagger se refirió a la monarca como “bruja” y espetó que “la anarquía era la única luz de esperanza”. Y cuando el nombre de Jagger por fin apareció en la lista, la Reina simplemente dispuso estar en otro lugar. Al final, fue otra persona pero no la Reina quien le entregó el título. Por lo menos podemos asegurar que es uno de los mejores bailarines, con una energía envidiable que puede llamarse Sir.
Sting
Fue el 2003 cuando el vocalista de The Police recibió el título de Comendador de la Orden del Imperio Británico, indicando estar sorprendido y halagado por recibir ese honor, deseando igual que sus padres estuvieran presentes, quienes habrían estado preparados para algo así, según él.
Son muchas las contribuciones que ha hecho el Englishman, tanto en la música como en el cine. Ha compuesto música para películas de Disney, films de drama como Cold Mountain y ha recibido nominaciones al Oscar igual por las canciones que ha hecho en el mundo cinematográfico. A esto se le suma los más de 15 Premios Grammy entre otras premiaciones similares y 2 años antes de que se le pudiera llamar Sir fue inducido al Songwriters Hall of Fame. Además, hace 3 años recibió el Kennedy Center Honor, esto por su significativa contribución a la cultura americana en las artes.
 Annie Lennox
Una de las más recientes en recibir esta condecoración, la vocalista de Eurythmics fue premiada con el OBE (Miembro Oficial de la Orden del Imperio Británico) el 2011. La artista escocesa siempre ha demostrado su enorme entusiasmo con las campañas de caridad y defensa de causas humanitarias. Al igual que Elton John, ha sido constante su activismo para luchar contra el SIDA y la pobreza en África. “Es bastante mágico” comentó al recibir el título de Dame, “es realmente significativo para mi porque es por el trabajo caritativo. Tener este reconocimiento significa que la gente está escuchando”. Es este compromiso de varios años que se destaca y hacen ver que no se trabaja en un vacío, sino que se crea conciencia con estas causas.
La intérprete de “Sweet Dreams (Are Made of This) conoció a la Reina el mismo año de la investidura en un evento del Commonwealth Day y la soberana se acordaba de ella por una polera que usó la cantante con el lema “VIH positivo”. Y de esta manera ha definido como su principal pasión contender por los derechos humanos y la inequidad de género en los países en desarrollo.


Know your Enemy: Rage Against the Machine, Joel McIver (2014)



“Creyendo todas las mentiras que ellos te dicen
Comprando todos los productos que ellos te venden
Ellos dicen que saltes y tú dices qué tan alto
Muerto cerebral
Ya tienes una puta bala en la cabeza”
Esclavitud salarial. Un tema que lamentablemente ha estado presente en muchas personas, para quienes el trabajo no significa un placer o una actividad que represente alguna satisfacción profesional y realización personal plena, sino que todo lo contrario, ya que la idea es trabajar, trabajar y trabajar hasta convertirse en seres autómatas, viviendo solamente para el fin de semana. Y esto para llegar, en el caso de Chile, a vivir con una pensión restringida y denigrante que ni siquiera alcanza para comprar los medicamentos que probablemente tenga que usar una persona mayor. Sin duda es una existencia miserable, llevada a la palestra por Rage Against the Machine en muchas de sus canciones, donde describen a este zombie ambulante, esclavo del salario medio, controlado por los medios de comunicación y desprovisto de un pensamiento independiente, como bien podría entenderse en la canción citada al principio, “Bullet in the Head”.
No hay duda de lo provechoso que puede ser leer un libro sobre un artista o grupo de nuestro agrado. Conocer anécdotas que se le pueden pasar por alto hasta al más devoto fan, o entender o tener otras perspectivas sobre las letras de las canciones que a veces repetimos sin cuestionar mucho por qué espetan eso. Si bien artistas como Kurt Cobain se cansaban de la gente que trataba de ponerle demasiado significado a sus letras, hay otros músicos que les importa y les interesa enormemente ser una especie de puente, para que a través de la música exista esta comunicación y así mantengamos la lucha y nunca perdamos el interés en la justicia social.
¿Y qué hace tan especial a este libro? Además de tener la bendición de Tom Morello, no solo es una obra que habla biográficamente sobre el cuarteto angelino, sino que también contextualiza sus vivencias con la política, la historia y lo que estaba pasando a fines de los 60’s y los 70’s en Estados Unidos. Esto con la ayuda de varias entrevistas a diversos autores, académicos, observadores culturales, antropólogos y gente tan destacada en el activismo como el gran Noam Chomsky. Una forma didáctica y amena para revisar de manera imparcial la posición de RATM en una gama amplia de temas, así como la cronología de su carrera.
El autor, Joel McIver, inicia el texto con un extracto de una entrevista para una radio de Los Angeles, en 1996. Tom Morello le pregunta al destacado lingüista y activista político estadounidense Noam Chomsky en qué sentido nuestra sociedad es democrática, y el politólogo le responde que la democracia tiene muchas dimensiones. En realidad, la verdadera pregunta, según él, es hasta qué punto las personas tienen una manera significativa de desarrollar y articular sus propias ideas y presentarlas en la arena política y controlar decisiones.
“Qué?! La “tierra de la libertad”? Quien te haya dicho eso es tu enemigo!”. Según Morello, la única libertad está en entrar a un rol subordinado en el trabajo, y una vez que uno practica este ejercicio se pierde el control sobre lo que hacemos, en relación a lo que se produce y cómo se produce, y finalmente ni siquiera nos pertenece ese producto. Morello estudió en Harvard, y generalmente una licenciatura como en ciencias políticas te lleva a dedicar tu vida a las corporaciones. Es decisión de uno escapar de eso o no.
Un tema complejo que invita a la reflexión y que no debería dejar a nadie indiferente, es lo que abre el libro y manifiesta desde el comienzo el estilo confrontacional para explorar los serios temas que son parte del mensaje político de la banda. No es para cualquier público. Se necesita cierta madurez, o al menos para entender que RATM no son ni profetas ni músicos ingenuos que reclaman por algo que no conocen realmente al vivir las comodidades del primer mundo.
Son 10 capítulos donde se aborda la biografía de los músicos, sobre todo la de Morello y De La Rocha, y 4 apartados llamados “Bombtracks”, tan transversales, al tratar sobre el levantamiento liderado por el Subcomandante Marcos en Chiapas en el 94’ como también cuando Killing in the Name logró ser nro. 1 en la Navidad del 2009 en Reino Unido y derrotó a un competidor del programa X Factor.
Y cuando McIver se refiere a las biografías de Tom Morello, quien vivió racismo desde niño, al igual que Zack de la Rocha, y a los prejuicios provocados por el activismo impulsado por sus familias, uno se da cuenta de que al crecer en familias que no son “perfectas socialmente” ayuda a ver las cosas que normalmente no se ven. Ambos músicos crecieron en lugares que eran conservadores y mayoritariamente blancos, y la segregación racial llegaba a tal punto en que la familia Morello no podía irse a vivir a Livertyville, donde trabajaba Mary, la mamá de Tom. Asimismo Zack vio las dos caras de la discriminación al vivir entre lo conservador con su madre y lo pobre en el Este de Los Angeles con su padre. Y una de las cosas que gatilló para que el frontman nunca se quedara callado frente a una injusticia, fue escuchar en el colegio la frase “espaldas mojadas”, refiriéndose a los mexicanos como inmigrantes ilegales. “Quiero hacer música que le entregue a la gente un sentido de identidad y los deje ver que los Derechos Humanos, Civiles y espirituales son parte de la misma lucha que todos enfrentamos para tomar el poder de nuevo” comenta Zack.
Como esos sucesos, son varios los acontecimientos comentados en este trabajo. No solo pasaron por esta banda. Morello también compartió grupo con el actual guitarrista de Tool, Adam Jones en Electric Sheep. Zack y Timmy formaron cuando aún estaban en el colegio, Juvenile Expression, cuando era poco común que un preadolescente estuviera tan arraigado al punk y breakdance. Después vino Inside Out con el hardcore con mucha influencia de Bad Brains y lo que tuvo mucho qué ver con la formación de Rage Against the Machine.
Una de las partes agudas de los “Bombtracks” es la que se refiere a una de las más inesperadas iniciativas masivas que han logrado tener éxito en la historia contemporánea; el movimiento zapatista. Esto fue a comienzos de los 90’s, y cuando aún existía el canal Rock and Pop, fueron varias las ocasiones en que se refirieron a los viajes que armaba Zack con distintos estudiantes, artistas y activistas del Este de Los Angeles, esto dentro del marco de las negociaciones entre el EZLN (Ejército Zapatista de Liberación Nacional) y el gobierno mexicano. ¿Pero por qué era un tema tan importante para RATM, especialmente Zack? La respuesta podríamos encontrarla en las tantas canciones del Evil Empire, como “People of the Sun”, donde es evidente su guiño a la revolución zapatista.
Tener como objetivos grandes y pequeñas injusticias, ya sea lo que representa la democracia de EEUU y el capitalismo con relativas causas de menor magnitud, como liberar a quienes han sido puestos tras las rejas injustamente, ya sea Leonard Peltier, como se ve en el video de “Freedom”, o Mumia Abu-Jamal se transformó en el carácter distintivo de la banda. ¿Pero qué es lo que diferencia a este grupo con otro común y corriente? Probablemente, una banda común no es lo necesariamente valiente o estúpida como para intentar cambiar el mundo.

The Rolling Stones – Out of Our Heads (1965)



Una de las bandas más prolíficas de la historia. Con más de 30 discos de estudio y cinco décadas y contando de carrera. Los Rolling Stones fueron la piedra angular del rock británico, junto con Los Beatles por supuesto, en esta invasión británica a Estados Unidos, identificados con la juventud y la contracultura rebelde de los 60’s, un periodo turbulento con la Guerra Fría, que estuvo acompañado de muchos cambios no solo en lo político; con trágicas muertes, como la de JFK o Malcom X, y los movimientos de protesta en contra de la Guerra de Vietnam, sino que también de cambios que involucraban la cultura y la música.
Arraigados en el blues y el incipiente rock and roll, Los Rolling Stones tuvieron un periodo breve de experimentación musical a mediados de los 60’s, como se ve en sus primeros trabajos; con su disco homónimo (1964), 12×5 (1964), The Rolling Stones No. 2 (1965) y en el Out of Our Heads (1965), donde la influencia de Chuck Berry, Little Richard o Buddy Holly era algo explícito, porque no solo habían canciones compuestas por Jagger y Richards, sino que también varios covers de estos músicos idolatrados por los ingleses.
Más adelante vivieron una transición, desde la experimentación del principio hasta la psicodelia vista en Their Satanic Majesties Request (1967). Luego de eso el grupo volvió a sus raíces más bluseras con Beggars Banquet (1968), el cual junto a Let it Bleed (1969), Sticky Fingers (1971) y el icónico Exile on Main St. (1972) fueron parte de un periodo generalmente considerado como la Edad de Oro de los londinenses. Fue después de esos años que se hicieron conocidos como la mejor banda de rock and roll del mundo.
Pero para que eso sucediera era necesario pasar por esa previa experimentación, como también la vivieron Los Beatles. Del A Hard Day’s Night al Magical Mistery Tour pasaron solo tres años pero el cambio conceptual y sonoro es enorme. Lo mismo sucedió con sus compatriotas. Eso también con la ayuda de sus ídolos estadounidenses. Como Elvis Presley o Marvin Gaye. Recién, desde el Aftermath (1966) Los Rolling Stones tuvieron en sus discos todos los temas compuestos por los amigos de infancia Mick Jagger y Keith Richards.
Out of Our Heads fue lanzado a fines de 1965 en el Reino Unido, pero fue el 30 de julio de ese año que estuvo disponible en Estados Unidos, y fue el primer álbum de Los Rolling Stones en ser número 1 en ese país, eso igual por “(I can’t get no) Satisfaction” que lideró los charts en USA. Mientras es este tema el highlight del disco, todas las canciones que son parte del Out of Our Heads son pegajosas, disfrutables, con actitud y geniales desde cualquier punto de vista, y de alguna forma la fuerza del contenido original eclipsa el hecho de que la mitad del álbum sean covers, e incluso a pesar de esos temas que no son propios, son realmente imponentes, donde cada uno recibe la influencia de blues y rock duro clásico de los Stones, convirtiéndose en canciones distintivas del grupo.
Y mientras esto es un enorme paso comercial para el grupo, este disco significa un punto de inflexión creativamente. Sus trabajos anteriores contenían casi puros covers bluseros, y ahora con su cuarto trabajo habían 6 temas originales y el resto tracks más ligadas al soul. Aquí es donde los Stones realmente descubren los componentes esenciales de su estilo.
El primer track es “Mercy Mercy”, el cover de una clásica canción de soul. El álbum abre con un intro de guitarra que no se olvida; simple, corto, pero único y pegajoso. La canción rápidamente se acelera con uno de esos famosos riff de Keith Richards, seguida por una performance vocal de Jagger llena de soul. No es una canción original, pero es una experiencia memorable y una apertura digna para un disco de esta magnitud.
Casi todos los covers de este álbum podrían ser descritas de la misma forma; “Hitch Hike”, segundo track y otro cover de Marvin Gaye, cuenta con un riff principal y un solo de blues. “Good Times” cuenta con un excelente arreglo, completamente diferente a la original. El resto son igualmente buenos, pero lo que hace a este álbum estar sobre los anteriores son sus 6 canciones originales.
“The Last Time”, el primer hit original del disco es excepcional desde el principio. Empieza con un riff vertiginoso y repetido, con un ritmo y un solo brillante. La letra se centra en una relación, con el narrador cansado de la actitud egoísta de su pareja, haciendo cosas que le ha recomendado varias veces no hacer. Jagger responde a esto con una voz melódica en crescendo.
En el lado B está “(I can’t get no) Satisfaction”. El coro es muy The Beatles, pero la similitud solo llega hasta ahí. La mejor comparación, del mismo año es “Like a Rolling Stone” de Bob Dylan, en que ambas canciones encuentran una especie de libertad en la alienación: tienes que identificar el problema antes de que puedas atacarlo catárticamente. Ahí es donde las letras de Jagger se manifiestan como una corriente de consciencia, en la forma en que fluyen de un agravante a otro, realmente llevan la carga. Un himno con un poder de permanencia casi irrisorio.
Con “The Under Assistant West Coast Promotion Man”, se expresa rebeldía, sarcasmo y molestia, con el clásico estilo Stones, lo cual estaba empezando a definirse en este periodo. Musicalmente es muy parecido a “Fannie Mae” de Buster Brown, pero es un aspecto que logra equilibrarse igual con la letra.
El disco contiene una sola balada, “Play with Fire”. Los créditos del tema van a Nanker-Phelge, seudónimo que a veces utilizaban los Stones. Empieza con una línea de guitarra acústica hipnotica y amarga a través de los versos, con golpes de panderos que completan el ánimo. Aunque la voz de Jagger es tranquila y casi lúgubre, la letra en realidad representa bastante ira por la insatisfacción y la diferencia de clases sociales en Inglaterra.
“The Spider and the Fly”, el penúltimo track del álbum, es un tema con influencia country y blues, sobre un cantante en un bar, observado por una fémina. La armonica que suena al principio y al final calzan perfecto, y las letras de Jagger y voz ligeramente aburrida son amenos, aunque no tan profundas como otras temas compuestos por la banda. Después, “One More Try” cierra el disco de una forma rockera, inclinada al blues, específicamente boogie-woogie, con letras optimistas, al más puro estilo britpop sesentero.
Y remontándonos al 2017, recién el año pasado Los Rolling Stones lanzaron nuevo material, “Blue and Lonesome”. La energía que tienen es envidiable; con una discografía cuantiosa y un desplante incombustible durante sus shows. ¿cómo se ha mantenido esta notable resistencia en estos 55 años de carrera? Siempre han estado conectados al rhytm & blues y al soul y han sido capaces de asimilar varios géneros musicales en su propio sonido colectivo. Es imposible pasar de moda así.

Joy Division – Closer (1980)


La semana pasada, Closer, el sucesor del debut de Joy Division, cumplió 37 años. Un disco más austero, más claustrofóbico, inventivo, peculiarmente bello y más inquietante que su primer trabajo. Una obra maestra en sus 44 minutos de duración, una encapsulación perfecta de todo lo que el grupo buscaba lograr. Todo en Closer es enigmático. El fúnebre arte en la portada, las letras y, sobre todo, el sonido. En el primer LP, Unknown pleasures, la música suena densa y pesada, pero en Closer apostaron por una línea distinta. El álbum fue grabado de forma tal que logra la resonancia de una capilla. El sonido es hueco y distante, con énfasis en sintetizadores extrañamente colocados. La voz de Curtis, aún más cavernosa, espeta los versos de forma lúgubre y levemente desafinada.
El tema que abre el introspectivo Closer, la abrasiva hipnótica en “Atrocity Exhibition”, inspirada en la novela de J. G. Ballard del mismo nombre, conduce al inclemente “Isolation”, anticipando el boom del synthpop, donde se ve al grupo más capaz en la interpretación y seguro en los arreglos. El tercer tema del álbum, “Passover”, da a entender que los oriundos de Salford están muy conscientes de su poder más sutil, mientras que “Colony” nos evoca los riffs pesados de Unknown Pleasures, canción que podría entregar pistas sobre el suicidio de Ian Curtis dos meses antes del lanzamiento del disco. “A cry for help, a hint of anaestesia, the sound from broken homes, we used to always meet here”. Y no fue hasta mucho más tarde, por medio del libro de la esposa, Deborah Curtis y de la película Control que se dio a conocer de manera más extensa y con trágicos detalles el empeoramiento de Curtis con la epilepsia, la prescripción de drogas que contribuyeron a la depresión y a su agitación interna.
Los orígenes de New Order pasaron de ser Warsaw, una banda de proto punk que tocaba covers de Lou Reed y con una estética no muy imponente a ser un grupo, poseedores de uno de los discos más brillantes de los 80’s. En ese entonces, la música se estaba desarrollando a un ritmo acelerado; disco a rap y hip hop; funk y reggae a música ya de todo el mundo; punk en post punk. Closer era un salto cuántico de Unknown Pleasures y no se parecía en nada a lo mencionado anteriormente.
Entonces, después de un comienzo tan auspicioso, Closer, que podría considerarse como el primer álbum gótico, realmente logra ajustarse al concepto. “Means to an End” suena como una disco lúgubre, animado por un “coro” provocador y sin ninguna palabra. “Heart and Soul” sería una colisión notable entre la atmósfera y el minimalismo. El golpe repetitivo en la batería administrado por Stephen Morris, el sintetizador y la melodía en el bajo de Peter Hook, vinculado a una de las interpretaciones más suaves de Curtis. “Heart and Soul” exclama Ian, mientras los rígidos instrumentos se entrecruzan y se retuercen. “One will burn”.
“Twenty Four Hours” pareciera que tratara de liberarse de la inminente inevitabilidad del álbum antes de que “The Eternal” y “Decades” pongan la música y al fan de vuelta al mundo de Curtis. “The Eternal”, la penúltima canción del álbum, es lo más desolador compuesto por los ingleses. Y si en comparación, “Decades” sale de un respiro relativo, las letras anularían esa idea. “We knocked on the doors of Hell’s darker chamber”, se queja Curtis. “Pushed to the limit, we dragged ourselves in”.
La banda, previo al lanzamiento de Closer, pasó por momentos realmente complicados. Durante una gira europea a comienzos de 1980, Curtis continuó con sus problemas con la epilepsia y sufrió más convulsiones. Era el momento de grabar su segundo disco, en el London’s Britania Row Studios con Martin Hannet en la producción. Por ese tiempo fue el lanzamiento del single “Licht und Blindheit” (que incluía las canciones Atmosphere y Dead Souls).
Todo parecía ir bien, pero la salud de Curtis cada vez empeoraba más. Las convulsiones fueron más intensas y frecuentes, y lo que parecía a simple vista como una excéntrica puesta en escena significó varias cancelaciones de shows y el suicidio de Ian Curtis, curiosamente tras escuchar The Idiot de Iggy Pop, un 18 de mayo de 1980.
La música de Joy Division fue una influencia realmente significativa para el rock de los 80’s. La fuerza de sus canciones consistía en rescatar el espíritu rock de grupos clásicos como The Doors, Velvet Underground o The Stooges, y combinarlo con el sonido innovador elaborado por David Bowie y Kraftwerk de los 70’s. Todo esto dentro de un estilo propio, en principio, que trataba con elementos del punk y después se convirtió en una especie de antítesis del heavy metal fusionado con sonidos sintetizados. No sería lo mismo Depeche Mode, Nine Inch Nails o Radiohead sin el tremendo legado de Joy Division.