Verano,
otoño e invierno. Estaciones del año donde transcurre la dramática y miserable
historia que cuenta la película. Una obra que atrae desde el comienzo hasta el
final, y que deja una enseñanza, a través de impactantes y explícitas escenas,
sobre las consecuencias que tiene el consumo de drogas.
Harry Goldfarb, interpretado por Jared Leto,
es un joven adicto a la heroína, que sólo visita el departamento que tiene su
madre (Ellen Burstyn) para arrebatarle su televisor y empeñarlo a cambio de
dinero para seguir comprando drogas y así poder continuar con su rutina de
yonki sin remedio. Sara, la madre de Harry, es una persona fanática de la
televisión, y por esa razón, uno de sus mayores anhelos es aparecer en ella. De
pronto, Sara recibe una llamada telefónica de un programa de la tv, Malin &
Block, para salir en televisión, algo que a ella le cuesta creer, y acepta con
mucha felicidad y entusiasmo porque al fin saldrá en el medio que tanto
deseaba.
Marion Silver, novia de Harry, diseña ropa y,
junto con él planean abrir una tienda para ofrecer sus diseños. El dinero que
utilizarán para tal propósito es a través del narcotráfico, negocio que hace
Goldfarb con su amigo Tyrone C. Love, quien cree que por dedicarse a la venta
de drogas su futuro cambiará para mejor, y dejará su sacrificada vida
callejera.
Pero no sólo existe la heroína para enviciarse
con un alucinógeno, ya que Sara, sin darse cuenta, a comienzos de otoño, también
se inicia en el consumo de estupefacientes, en este caso anfetaminas contenidas
en unas pastillas que le receta un doctor para poder bajar de peso, porque,
obvio, no podía lucir así de gorda en el programa de televisión donde había
sido invitada, es decir, tenía que, por lo menos, caberle el vestido rojo del
que tanto hablaba que usó para la graduación de su hijo, y para eso no era
suficiente una dieta.
Mientras Sara se habitúa a sus píldoras, Harry
y Tyrone hacen negocios con Brody, quien le suministra la droga que revenden.
Al principio parecía que todo marchaba bien, pero poco a poco las cosas
empezaban a distorsionarse. Sara ya no tomaba la cantidad que correspondía de
pastillas, sino que cada vez aumentaba más y más la dosis, lo que le provocaba
problemas como el bruxismo y euforia descontrolada, como también alucinaciones,
al ver que las personas que aparecían en la tv salían de su pantalla y comenzaban
a mofarse de ella, diciéndole que coma. Y no sólo ellos hacían burla de su
desgracia, porque también su refrigerador, convertido en un monstruo, intenta
aterradoramente convencerla de volver a su actividad favorita después de ver
televisión, comer.
Todos tienen un sueño, pero la manera de
llegar a ese sueño, o mejor dicho, lo que utilizan para alcanzarlo, es lo que
termina condenando a estos adictos. Ya era invierno. Sara, delirando, escapa de
su casa, dirigiéndose al programa de tv para preguntar por qué no la llamaban
aún para salir al aire. Sin recibir respuesta, la llevan a un hospital
psiquiátrico, para aplicarle electroshock, inhibiéndola de su entorno. Harry y
Tyrone se ven forzados a viajar a Florida, en busca de más droga, debido al
asesinato de Brody , quien les proporcionaba su estupefaciente. Goldfarb, al
inyectarse repetidas veces heroína en el brazo, se le comienza a infectar hasta
formarse una gangrena, por lo que deben pasar primero a un hospital, donde
finalmente terminan amputándole el brazo. Y como en el hospital se habían dado
cuenta de la situación de ambos, llevan a Tyrone a la cárcel, donde debe
trabajar de forma muy denigrante. Y Marion, por su parte, con la desesperación
de no poder drogarse, acude a la prostitución para salir de su síndrome de
abstinencia.
Finalmente, Sara, Harry, Marion y Tyrone,
sumergidos en la adversidad más profunda, se ponen en posición fetal, como una
forma de demostrar el sufrimiento y desamparo por el que pasan. Pero no termina
así, técnicamente, el filme, porque al fin Sara logra llegar a la televisión, y
también su hijo, un exitoso hombre de negocios, quien la abraza durante el
show. Si tan sólo fuese real eso.