Cuando uno
termina de ver esta película, basada en la novela del mismo título por el
escritor Ian McEwan, considera que es merecedora de todos los premios que puede
haber para el cine, desde los Globos de Oro hasta el Oscar. La manera en que se
cuenta la historia, desde el pensamiento de una imaginativa niña de 13 años, a
quien le gustaba escribir obras de teatro, es lo que más llama la atención.
Ella es la protagonista y su mente, la que cambia rotundamente la realidad del
argumento. Es una historia de amor, pero no vista desde el amor mismo, sino
desde el drama en su máxima expresión. El conflicto que se forma tras la
versión de un suceso distorsionado por la imaginación de Briony (Saoirse Ronan)
es lo que más impacta del filme.
Transcurre
en Inglaterra, en la década del 30’, periodo previo a la Segunda Guerra
Mundial, en el seno de una familia de clase alta, los Tallis. Cecilia (Keira
Knightley), hermana mayor de Briony, hija de un importante funcionario del
país, se sentía atraída a uno de los hijos de las empleadas que tenían en la
casa, Robert Turner (James McAvoy), quien estudiaba medicina gracias al padre
de Cecilia que se lo financiaba. Éste sentía lo mismo por ella, pero en el
momento previo al clímax, nunca se concretó una relación entre ellos. Uno de
los momentos bizarros de la película que tiene que ver con lo que sentía el uno
con el otro, es la escena del florero roto, cuando Cecilia va a buscar agua
para el florero que iba a adornar en una de las piezas de los invitados. Cuando
llega a la fuente del jardín, se encuentra con Robert, conversa un rato con él,
Turner intenta ayudarla a recoger agua de la fuente y sin querer, el florero
cae y se rompe, para lo cual Cecilia se quita la ropa hasta quedar sólo con la
interior. Se sumerge en el agua, saca los trozos que quedaban del florero,
sale, se vuelve a poner la ropa, y se va furiosa sin decir una sola palabra.
Mientras
ocurría esto, Briony observaba desde la ventana de su pieza. Que pasaba en la
mente de esa niña en ese momento? Creyó que era una humillación hacia su
hermana? Sólo prejuicios sobre un asunto que no le correspondía. Briony también
fue espectadora de otra escena, esta vez, en la biblioteca de la casa, donde
Cecilia y Robert se besaban. Todo lo visto por la niña fue transformado como un
aprovechamiento y no una relación normal de pareja. El inconsciente de la
pequeña lo hacía ver como algo malo porque ella también estaba enamorada de él.
Puede que de éste punto ella se aferre para inventar algo que, define el futuro
de la joven pareja, y el de una obra que la expíe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario